viernes, marzo 25, 2005

Día 15. Adiós semana ¿santa?

Nunca creí poder hacerlo. No imaginé que podría tener una oficina para mí solo... ¿Acaso será premonitorio que publique desde un periódico? Será que de estas oficinas salga impreso alguna vez un texto mío...
Encuéntrome escribiendo --como se habrá notado si ha seguido este mundo desde el comienzo-- desde El gran diario de México... en estos momentos he terminado con mi chamba de antes de mediodía y estoy en espera de lo que falta: editar las cartas de los lectores... sí, todos ustedes, opinadores de la vida nacional e internacional pasan, entre otras manos, por las mías... ¡¡jajajaja JAJAJAJA JAAAA JAAAA JAAAA!! (Nota: imagine en estos momentos la risa malévola de la canción Thriller del tristemente pederasta pero al fin ídolo: Michael Jackson)
Pero para ir al tema del (gancho) titular, ayer fue la supuesta "Visita de las sietes casas"... oh, lo recuerdo bien... era yo un mozuelo... adoraba visitar a las mujeres enfundadas en sus extraños trajes, con la mirada a veces perversa, a veces inocente; ofreciendo siempre la repostería fina, producto de su encierro y represión sexual... Ay de mí, si mi madre en verdad hubiera seguido por esos caminos. Ahora mismo, sabría menos dónde estoy.
En fin... hace un rato que ya no voy por mi ración de galletas, bizcochos y rompope. Pero, aunque lejos de seguir con la tradición familiar (que ya me ha colgado el feliz término: HEREJE) en estas fechas, el Santo Viernes ha llegado para poder descansar de esta monserga "vacacional", felizmente también compartida con ustedes. Qué sería de mí en estos momentos, sin usted, apreciable lector.
Para despedirme, le narro brevemente la calma de ayer, tras consumirse por las llamas, lamentablemente, una parte importante de vegetación boscosa a unas cuantas cuadras de la casa de éste humilde escritor:
Tendido ahí... pensando, dormitando, con el pensamiento lejos por el hogar destruido. Dejo transcurrir la tarde, con el suave viento acariciándome mientras el Sol desaparace lentamente y el resto de los pájaros se guardan.
Las hojas se mueven constantes, pero en calma. Trato de mantener mi pensamiento como aquel colibrí que observa las cenizas, erguido, mientras el aire danza con la rama. Y me acuesto, me estiro. Ahora mismo estoy en aquella desierta pradera, mi eterno lugar de descanso. De vez en cuando me toca un rayo y obliga a pensar en ti.
Es suficiente. El colibrí liba, goza las flores que aún quedan. El aire ha dejado de soplar. Ya no estoy aquí, ya no estoy allá. ¿Dónde estoy?, ¿dónde estás?Recobro el sentido, pierdo la mirada. Regreso a mi letargo.

4 comentarios:

Paulina I (Primera) dijo...

chale, para estas vacaciones tenía planeado: hacer quehaceres atrasados, llevar a mis gatos a vacunar, hacerme un cambio de look y casi casi que hasta hacer la tesis. Yo estoy aletargada, pero a diferencia de su aletargamiento cuasi oficinista y medio constructivo, yo solo estoy literalmente hechada (o recostada pa que se oiga más bonito)en mi cama, 2 gatas rodean mi cuerpo y la compu eternamente conectada pa que cuando tenga a que levantarme me asome a los malditos y adictivos blogs. Pero si las vacaciones a penas van empezando, como que ya se acabron?

Anónimo dijo...

Pues así son las vacaciones, no hay ganas de nada, no hay nada abierto y lo que está abierto esta ocupado por aquellos sombrios personajes que de verdad no tienen tiempo entre semana para hacer eso.

Lo mejor es quedarse en casa y limpiar para algún día hacer todo lo demás y haya espacio en todos lados.

Es un buen momento para recapitular y/o iniciar nuevos capitulos
4 días de no-rutina, implican la posibilidad de moverla, alterarla, cambiarla o matarla por completo.

Así que a descansar...

Ya no, hoy entre a trabajar pero no está tan mal

Licorne Bleue dijo...

Que bárbaro!!! como ha cambiado tu forma de escribir en los ultimos años... No te equivocaste cuando me dijiste, "creo que encontré mi verdadera vocación" vas escalando a pasos agigantados y no te sorprendas, pues una persona como tú, no es difícil que sea notada y solicitada para más y más cosas importantes...
Que rica tarde disfrutaste, hasta acá pude ver tu sonrisa, tu mirada entre perdida y aquí los ojos a veces cerrados y a veces abiertos...
Curiosamente el domingo yo estaba disfrutando de los últimos rayos del sol sentada en una playa casi desierta... y pensando...
cerrando los ojos inspirando el viento y la exhalación convertida en suspiro.
Nunca dejes de darte el tiempo para esas cosas, eso es lo que ilumina al ser.

Dantés dijo...

Finalmente pasó el acceso. Y sí, es buen momento para recapitular... Ojalá que el tiempo nos siga dotando de maravillas por observar y sentir y vivir...