martes, octubre 28, 2008

"No siempre, las cosas son como debieran ser...". Alex Lora

martes, octubre 21, 2008

Día 117. Justicia

Era el típico día a las cinco de la tarde, detrás de un autobús, en espera que el tránsito cediera para poder avanzar.
Mientras Julieta Venegas hacía el día cantando en el autoestéreo; a un lado, un hombre viejo salía de la carnicería para luego abordar el destartalado vocho que apenas había logrado estacionar cerca de la acera.
La desesperación me había obligado a torcer el volante para intentar asomarme por un costado del armatoste de enfrente y poder enterarme por qué tardábamos más de lo habitual en caminar.
Esta acción de no estar completamente "derecho" pudo ser quizá la causa. 
"Ahorita me le clavo al pazguato éste de aquí adelante", debió haber pensado el viejo y, acto seguido, echó encima la lámina picada por el agua.
Cuando todos comenzaron a moverse, yo, muy seguro de que iba formado en mi lugar y el señor de al lado no arrancaría porque de hacerlo me daría un golpe, avancé... Gran error.
El viejo golpeó la puerta de mi auto. Por como escuché, imaginaba un enorme hoyo ahí. 
Nos volteamos a ver. Mi cara de angustia no fue nada comparada con la seguridad con la que el hombre de por lo menos 70 años se dejó ir nuevamente con todo el peso de su vehículo y se metió, valiéndole madres el segundo golpe.
En tres segundos caí en cuenta que aquello ya no había sido un accidente. Eso era completamente alevoso.
No sé cómo pero bajé del lado del copiloto en un segundo, para enfrentar al señor.
– ¿Qué pasó señor?–dije tranquilo.
–¡Usted tuvo la culpa!
–¿Culpa yo? ¡pero si vengo formado! Y encima de que me pega una vez, todavía me deja ir el coche de nuevo.
Nos estacionamos donde no estorbáramos.
–A ver, ¡no le pasó nada!
Si con nada se refería al traspaso de su notoria pintura azul cielo sobre el azul marino de mi "unidad", además de las ligeras abolladuras y rayones; no sé qué esperaba entonces. Es cierto, no era un gran golpe. Pero así no estaba antes.
Entonces vino la típica respuesta que debe tener todo conductor que se precie de serlo en esta ciudad capital:
–Eso sale con "polish".
El viejo me regañaba y me daba instrucciones además para arreglar sus pendejadas...
–Te doy 50 pesos.
Fue allí donde tocó mi corazón...
Comenzaba a recordar lo que había pensado minutos antes, cuando me percaté de su existencia mientras subía al destartalado sedán: "este pobre señor apenas lleva la comida, qué pena". 
De hecho, había contenido mi ansiedad de tocar el claxon para no fregarle el oído mientras pasaba al lado de mí y subía a su auto.
Estaba a punto de decirle "ya déjelo". 
Pero luego vino la imagen de su acción gandalla al rematar el golpe y, tras convencerlo de que 50 pesos no servían para nada, lo acompañé a su casa como me dijo.
En el camino pensé en rebasarlo y dejar que se fuera. Aunque por otro lado, ya en sus rumbos, igual podría llamar a sus hijos y venderles la idea de que trataba de aprovecharme de la situación y me podrían poner una golpiza peor que la de Fabiruchis por abusar de un anciano. Pero volvía la escena gandalla.
Llegamos a su casa. Sacó los 70 pesos que traía en la bolsa. 
–Seguramente el cambio de un billete de 100 con el que pagó en la carnicería–pensé. Mi conciencia me hacía pedazos por dentro.
–Déjeme ir a pedir para completarle los 100 pesos. Esta es mi casa– dijo.
Me remordía la conciencia, pero por otro lado pensaba en que aquello, aunque no serviría de mucho, era lo justo. No puedes andar por la vida haciendo cosas sin responsabilizarte de ellas. 
Yo, presuntuosamente, ¡educando a un viejo!
El hombre salió. Completó el dinero.
–Le pago porque es lo correcto. No pretendo aprovecharme de usted.
–Yo tampoco, créame que me da pena cobrarle pero tampoco lo puedo dejar así. No es justo.
¿Era justo? ¿Qué es la justicia?
–Estoy seguro que con eso bastará, si no, ya sabe dónde vivo...
Entonces, huí con todo y mi conciencia. Y sigo preguntándome, ¿qué es el karma? ¿Qué es la justicia?

martes, octubre 14, 2008

Si no es el recuerdo de otra vida; la búsqueda del aliento privado, del aroma característico; el deseo de volver a tocarse entre siglos; de acariciarse con los labios; entonces, ¿qué nos hace encontrarnos otra vez?

Otro juego mental simplemente... acaso es el espíritu quien habla. 

Día 116. Say something



James

You’re as tight as a hunter’s trap
Hidden well, what are you concealing
Poker face, carved in stone
Amongst friends, but all alone
Why do you hide

Say something, say something, anything
I’ve shown you everything
Give me a sign
Say something, say something, anything
Your silence is deafening
Pay me in kind

Take a drug to set you free
Strange fruit from a forbidden tree
You’ve got to come down soon
More than a drug is what I need
Need a change of scenery
Need a new life

Say something, say something anything
I’ve shown you everything
Give me a sign
Say something, say something, anything
Your silence is deafening
Pay me in kind

Say something, say something anything
I’ve shown you everything
Give me a sign

I’m open wide, open wondering
Have you swallowed everything
Pay me in kind

domingo, octubre 12, 2008

"La vida, la vida... en tratar de entenderla se nos va la propia vida"...

martes, octubre 07, 2008

Día 115. Secret



Maroon 5

Watch the sunrise
Say your goodbyes
Off we go
Some conversation
No contemplation
Hit the road

Car overheats
Jump out of my seat
On the side of the highway baby
Our road is long
Your hold is strong
Please don’t ever let go oh no

I know I don’t know you
But I want you so bad
Everyone has a secret
But can they keep it
Oh no they can’t

Driving fast now
Don’t think I know how to go slow
Where you at now
I feel around
There you are

Cool these engines
Calm these jets
I ask you how hot can it get
And as you wipe of beads of sweat
Slowly you say "i’m not there yet!"

I know I don’t know you
But I want you so bad
Everyone has a secret
But can they keep it
Oh no they can’t

sábado, octubre 04, 2008

Sin duda somos seres sociales, pero al final sólo tenemos nuestra bendita intimidad. Para bien o para mal.