martes, diciembre 26, 2006

Día 75. Próspero año y felicidad...

El balance de los días subsecuentes no ha sido muy bueno de un tiempo para acá. Besos, abrazos, buenos deseos por aquí y por allá, cuando la mayor parte del año no sabes siquiera de qué la rolan.
No son mis tiempos para creer en la navidad ya. Quizá después lo serán. Cuando la familia se desintegra y sólo se junta por obligación, por "qué dirán los demás si no vamos", por aprovechar ese día siquiera para vernos... la navidad no sabe mejor que cualquier otra reunión. Lo único que cambia es que tragas como cerdo cosas que comúnmente no y después vienen las culpas. Las de la cruda, de la gordura y los esperados "propósitos" pa' la siguiente reunión.
No, no es un ánimo agrio. Es sólo que con el tiempo ves cosas con más ganas de realidad que en otras ocasiones. Las circunstancias te obligan.
Ya después serán tiempos de seguir el juego... para no caer en depresión ni hacer infeliz la vida de otros.
Lo que verdaderamente importa es apreciar cuánto has aprovechado tu estancia aquí y con cuantas personas sigues contando conforme pasan los años. Eso sí que es digno de celebrar.
Así que mi brindis desde algun pueblo cercano será por muchos de ustedes que han estado allí a pesar de los pesares.
Gracias muchach@s
Y como dicen que en gustos se rompen géneros y así el mundo deja de ser cuadrado:
Que el siguiente sea un mejor año que el moribundo.

sábado, diciembre 02, 2006

Día 74. Crazy

Extraño tanto enamorarme locamente de alguien y andar por las nubes y hacer idioteces y cantar por la calle sin razón alguna más que sentir esas famosas mariposas en el estómago...
Hace años no escuchaba Crazy de Aerosmith y ahora, justo ahora, fui transportado directo y sin escala a la secundaria, al amor más ñoño y desinteresado que podía haber. Bueno, desde mi perspectiva, porque yo sí que era un ñoño. Aunque, ¿cómo olvidar a Liv Tyler de colegiala?
Entonces la secundaria no era como ahora y la manita sudada comenzaba a crecer, se abría paso entre los videos de educación sexual... ah que bellos recuerdos exploratorios.
Ahora, entre mi karmática manera de actuar y las feromonas, nomás no me hallo, ¡pura mujer comprometida me topo!