miércoles, enero 28, 2009

"But if you do not find an intelligent companion, a wise and well-behaved person going the same way as yourself, then go on your way alone, like a king abandoning a conquered kingdom, or like a great elephant in the deep forest". Gautama Buddha.

martes, enero 27, 2009

Día 128. Cosquillas

Como si realmente poseyera dentro un radar, volteé en el instante en que se encontraba a lo lejos, de frente a mí. 

Aunque en un principio la vi de reojo, sabía que era ella: mis latidos, la sudoración de las manos y un cierto temblor en el cuerpo me lo confirmaron. 

La nota que hacía se fue por la red y sólo floté y floté, como cuando era un púber que se emocionaba con el pop de los lejanos 90 y las baladas rockeras de Bon Jovi y Guns 'n Roses me "llegaban" más que ahora.

Esta vez su mirada no se cruzó con la mía, ni fuimos uno en el instante en que las pupilas sostuvieran la vista... pero la vida me recordó qué se siente. Trajo a mí las cosquillas de la Secundaria, cuando por primera vez te entregas al amor sin más ánimo que vivir las cosas intensamente, experimentándolas por primera vez.

Eso me trajo de regalo. Aún cuando seguramente no sabe que existo, me recordó aquel sentimiento puro y emocionante, donde al ver a tu musa las piernas temblaban, la voz se resquebrajaba y el corazón parecía salir brincando. 

Era donde todos sabían que te gustaba y te animaban con un "vas, vas" o con el valiente "te la presento" cuando pasaba. Incluso el odiado "wuuuuu" en voz alta.
 
No fui, fui... ni me la presentaron, ni tampoco me dijeron "wuuu". Pero eso no es lo importante. Cuando se es "adulto", lo importante es Sentir. Y eso para mí es una buena señal, porque al escribir esto aún tengo el corazón a punto de emanciparse... por fin.

viernes, enero 16, 2009

Día 127. Al Fin...

Llega puntual el día: el fin del trabajo, de la pesadez, de las nuevas emociones y hasta de las oraciones no pedidas pero siempre bien recibidas por el poder de bendecir en conjunto.
Cuando se es mayor, el fin de semana se vuelve el momento de distender todo. De aventar los birretes al aire y encontrar en el camino a los demás con una misma actitud: la liberación.
De pronto, aquella persona por la que suspiras toda la semana puede aparecerse frente a ti para hacerte el día o aquellos que el lunes traían una cara de "no lo vuelvo a hacer tan noche", por arte de magia transforman su semblante.
El formalismo semanal da paso al viernes casual.
El Fin, en cualquiera de sus modalidades, es una bendición; seas estudiante, trabajador o inventor. Es la satisfacción de haber sobrevivido una semana más y te encamina a la respectiva recompensa.
Se dice que soñar y desear es el principio de todo. De manera que, en esta helada tarde de invierno (quizá la más fría de toda la estación) deseo como recompensa estar en mi propio departamento preocupado únicamente por el maratón de pelis que tendré primero con mi adorable mujer y más tarde con los amigos que se unirán un rato para dejarnos solos después y concluir aquello de la distensión ella y yo.
Eso... cuando se es mayor se desea la liberación de maneras diferentes.
Aunque siempre cae bien un buen brindis entre amigos, con una copa de vino o un caballo de tequila en alguna vieja cantina del Centro.
Mientras el sueño se cumple, me voy de parranda.
¡Salud!