Día 21. Fantasía nocturna
Esa noche, entre los escasos reflejos de aquellos candiles, la niebla caía sobre sus pies.
Caminaba solo, como de costumbre, mientras recordaba que desde siempre había sentido esa extraña carga en la espalda, que se arreglaba enderezando la postura, sacando el pecho.
A lo lejos, una pareja de enamorados contemplaba el haz de luz alrededor de aquel hombre que, mientras se erguía, deslumbraba.
En ese instante, la mujer al otro lado de la acera se desvaneció, la luna se mostró y un sutil aleteo se perdió en el profundo negror.
3 comentarios:
...como de costumbre...
No entendí gonzalopolis...
And, thanks for coming NYT reviewer... y por dejar sus palabras.
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