miércoles, abril 27, 2005
Para aquellos visitantes --que espero seguir teniendo-- fuera de esta complicada pero maravillosa ciudad, con ustedes: (redoble) El segundo piso del periférico...
© Organista
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jueves, abril 21, 2005
Hoy es uno de esos días en los que se mira uno al espejo y penetra en el reflejo (y vaya que estoy condicionado a los versos sin esfuerzos). Hoy es uno de esos días en que la lluvia resulta hermosa y más, cuando antes de hacer su declaración de guerra, torna el ambiente de amarillo claro a gris oxford. Hoy es uno de esos días en que el correr de las gotas sobre aquellas hojas verdes, apasiona y tranquiliza, relaja. Hoy es uno de esos días en que más valdría estar acompañado, bebiendo café, con los pies encima del sillón y una frazada cubriendo a los dos...
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Día 20.
"Tan acostumbrado a tu presencia que justo cuando te vas descubro más amor del que imaginé tenerte. No lamento que no estés más aquí, pues yo mismo pedía que ya no estuvieras así, sólo recuerdo e imagino cómo será tu paso.
No lloro por ti, pues sé que estás bien. Lloro porque de no haber llegado tú, simplemente no existiría, y eso... me da alegría y me emociona"... escribía en su pequeño diario, pues la muerte rondaba cerca y se la había llevado para siempre.
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domingo, abril 17, 2005
Día 19. De castillos, bellas durmientes y nuevas tecnologías...
Los monarcas saludaban y presentaban a la pequeña Aurora —mejor conocida como La bella durmiente— a los más de 800 presentes, según cálculos de la gente a cargo de la seguridad del evento, desde el balcón que da a la explanada central del recinto y que albergara a la verdadera nobleza, algunos siglos atrás.
La travesía para llegar hasta lo alto del “Cerro del chapulín” y presenciar la última función de la Compañía Nacional de Danza, era recompensada con el espectáculo visual. Al menos así lo expresaban las caras de los asistentes cuando se escucharon los primeros golpeteos en el escenario, montado a lo largo de la explanada central, producto de los pasos de ballet de una bailarina.
Y es que, para subir al castillo había sido necesario esperar el servicio de autobuses —implementado por el Instituto Nacional de Bellas Artes expresamente para esta novedosa temporada de danza— pues era la única forma de acceder al lugar debido a las obras de remodelación del bosque y por ser domingo en la noche. Más tarde, a pesar de la civilidad de la gente, ello produciría descontento por ser también la única manera de salir.
Las gradas y sillas dispuestas se llenaban poco a poco, no obstante que no aplicó descuento alguno en el costo de los boletos. Las instrucciones sugeridas para asistir a la función hablaban de vestir ropa abrigadora y un paraguas por cualquier eventualidad, pero entre los tacones y vestidos de las mujeres así como los trajes de los hombres, no se veía a alguien apercibido de lo necesario.
Comenzó el movimiento de pies y los gestos de los bailarines. Un “¡ahhh!” generalizado se oyó entre el público, cuando en lo alto del techo apareció, con el vestido ondeando, el hada Carabosse cubierta de humo, molesta por no haber sido invitada al festín. Aunque sería éste uno de los pocos gritos de emoción durante toda la noche, pues los aplausos entrecortados al término de las ejecuciones daban la impresión de ser emitidos más bien por cortesía.
Había pasado casi una hora. El escenario era exactamente el mismo. Y los actores en escena y los banderines que pendían del balcón y… Aurora, el personaje central, bailaba en la celebración de su XVI aniversario. Al recibir una rosa de una extraña mujer, se pinchó el dedo y cayó dormida, al igual que la Corte, bajo los efectos de un hechizo. Aunque el “hechizo” corría también entre algún sector del público que bostezaba de vez en vez —seguramente, dicen los críticos, porque al aire libre las funciones deben ser cortas.
“Cien años después”, según la historia del programa de mano, llegó el príncipe del cuento. Besó a la damisela y rompió el hechizo. La corte despertó, junto con algunos asistentes, y comenzó el desfile coreográfico de personajes que corresponden a otras historias: el gato con botas y el pájaro azul con sus respectivas parejas, además de Caperucita y el lobo.
Los felinos y Caperucita, arrancaron sonrisas por su simpatía y gracia; mientras que las azulinas aves hicieron gala de su técnica y escucharon algunos de los aplausos más sinceros de la noche.
El cuento parecía alargarse nuevamente, pero la pareja de enamorados, la princesa Aurora y el príncipe Desiré —su esposo—, cabalgaron hacia el “bosque” y al final del cuento. La gente comenzó a levantarse. Otro desfile: cada personaje se despedía con algunos pasos más sobre el escenario.
Entre la procesión del público a la salida y los aplausos para cada bailarín, la gatita, pareja del gato con botas, resbaló en escena. Otro “¡ahhh!” se escuchó y por más que la bailarina, con felina agilidad, se levantó en un segundo, el comentario sobre su caída sería recordado en alguna de las pláticas de la fila para salir del lugar, mientras algunos de los artistas ofrecían autógrafos en otra hilera.
Los pocos niños que se veían entre los asistentes, contaban emocionados lo que habían visto, aunque los adultos, sólo calculaban la vuelta del camión en el que les tocaría subir para encaminarse al Metro o recoger su auto y preparar el inicio de semana al siguiente día.
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martes, abril 12, 2005
Versión libre de... cantada por Dantes para musicalizar y recordar viejos tiempos
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domingo, abril 10, 2005
Día 18. Atari desempolvado
Resulta que ayer, en la sesión de videojuegos retro (Family, Nintendo, Super Nintendo) con todo y acompañante para jugar como en los buenos tiempos, desempolvé mi Atari 2600 el cual, maravillosamente, sirve todavía con sus juegos integrados. Pero la nostalgia fue tal que a las siete de ¿la noche, del día? (pinche horario descontrolador de Verano!) y con la recomendación telefónica del buen Arthur nos lanzamos, mi huésped (el clon) y yo, a Pericoapa (dícese del bazar sureño más famoso de la ciudad) pa' ver si conseguíamos lo imposible: cartuchos de Atari. Nuestra búsqueda fue en vano, a pesar de que hoy regresé con un señor que dijo que regresara pa' ver si sabía algo, pero nada otra vez.
Así que, estimados lectores, este es mi anuncio de Segundamano: COMPRO CARTUCHOS PARA ATARI 2600. "ENDURO", "TARZAN" Y "DONKEY KONG JR.", PREFERENTEMENTE. AH! Y EL DE LA RANITA QUE CRUZA ¿EL RÍO? APIÁDESE DE ESTA ALMA CON INFANCIA RETRASADA. GRACIAS.
P.S. En capítulos siguientes hablaré a usted sobre La bella durmiente en el Castillo de Chapultepec que espero con ansias en unas horas.
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miércoles, abril 06, 2005
Día 17. De pinta
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sábado, abril 02, 2005
© Organista
Noche de reflexión, noche de ensimismamiento... hoy no trabajamos, sólo pensamos. Ja! Mientras tanto, observe usted y sea bienvenido a un pedazo de intimidad, donde sólo hacen falta algunas imágenes, guardadas por salud mental en un lugar más especial.
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