Ayer fue un día de esos que se recuerdan por los momentos "insignificantes" con gran carga emotiva...
Llegué tarde a la función de una muy querida bailarina, con quien la amistad comienza a despuntar y a hacerse más interesante y a quien le debo mi aventurada incursión a la práctica de la danza contemporánea; una querida amiga.
Fue hermoso volver a sentir el gusto por ver bailar a alguien, por meterse en las entrañas de una coreografía, por disfrutar a quienes dejan todo en el escenario aunque haya, tristemente, tan poco público. Me reencontré con aquel arte con el cual estaba peleado por el miedo y la inseguridad que me metió desde hace tiempo...
La obra habla del SIDA (espero vayan a verla en diciembre que se vuelve a presentar)... me deprimí en el momento... y recordé la película Philadelphia y lloré por dentro mientras seguía disfrutando desde aquella butaca que pertenecía a una fila donde no había nadie más que yo.
Recuerdo los terribles datos y la música y las parejas setenteras bailando... y la mirada de aquella bailarina y después, sus muertes.
Al final, junto con los amigos y familiares, esperaba a que se vistiera de civil mi amiga para felicitarla... tuve un flashback... y recordé la otra parte de mi gusto por la danza...
La vi, escuché la queja exigente de todo artista: "me salió algo mal", que por más que uno diga objetivamente que no se notó nada raro ni feo no nos creen. Y salí de aquel lugar, solo, como refiere uno de los posts anteriores: "cigarro... auto... música depresiva...".
Decidí desviarme del camino habitual para no llegar tan temprano. Y pasé por la calle donde quiero vivir cuando sea rico y pudiente (al menos pa' mantenerme) y más romántico que ahora y
donde podré salir a comprar el pan para la merienda y socializar con los snobs de la cuadra y regrese entonces a hacerme güey con la máquina de escribir (pa' sentirme más romántico y bohemio) y a fumar un cigarro desde la ventana que da a aquel hermoso parque y a besar a mi mujer...
Tenían razón. Se aprende a disfrutar del mundo solo.
jueves, noviembre 10, 2005
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9 comentarios:
tambien imaigno la casa donde vivire, lo que hare, comere, bebere, leere, y quien me acompañara en todo esto
con quien hare el amor despues de recibir un delicioso baño en tina, para despues ir a dormir
mhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!
que lindo post suyo que me hace recordar que sueño
un beso ;)
Yo me independizaré a la brevedad y ya estoy buscando casa en la condesa y anexas.
estoy robando tus word verification para hacer un post sobre ellas.
Eaaaaaaaa!
Mágico como siempre Sr. Dantés,disfrute de cada momento ...que son los que hacen la vida más bella.
Abrazo Silencioso!
=)
Leí algo sobre ese espectáculo de danza, que bueno que nos recuerdas que podremos verlo en Diciembre... a mi también la danza me llama, admiro la entrega, los músculos, las venas que saltan, la pasión, el arrebato!... es una de mis tantas profesiones frustadas, por eso el remedio que me queda es nada más ver...
Salir a comprar el pan... esa imagen me parece tan bella, y sobretodo el beso a la mujer!
Saludos, lindo fin de semana!
¿Hace años que no asisto a un espectáculo como aquel... tan hermosos pero no tan atractivos para mi.
Saludos señor Dantés, sus escritos románticos reflejan tanto de usted...
Jess: ojalá nunca se nos olvide soñar.
Tú: seremos vecinos... no!!! jajaja
@ngel: sí, disfrutar todo y a todas horas.
Ixchel: qué bien que te guste la danza! yo también algo tengo frustrado ahí y por eso la práctico aunque sea amateur. Total, para qué negarle placer al cuerpo? OJalá nos encontremos en diciembre en la función.
Gade: en diciembre asista y punto!
Un abrazo!
acabo de encontrar tu blog. me gusta mucho lo que he leido hasta hora (he usmeado entre algunos post pasados..). seguiré paseando por aqui.
saludos desde Chile
Kit! bienvenida! Husmea por aquí cuanto gustes
ah, y se me habia olvidado!
este post me hace pensar en un textito que me encontre una vez y que puse en el blog
va de nuez por si no lo leyo:
"Es una tarde soleada, ambos se encuentran en su estudio.
Él ha llegado con algunas compras. Ella no ha almorzado.
Él prepara algo rápido, corta unas naranjas y las exprime. Ella se acerca lentamente, le susurra algo al oído: lo ha esperado toda una mañana, una tarde, toda una vida.
Se acarician, se besan, se deshacen de amor.
Se abrazan en la cama y duermen.
Ella se levanta y se viste con una capa y sale.
Camina por las calles de París, se siente llena, completa, es feliz."
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