Te imagino ahí, sentada, con el reflejo pegándote en los ojos, dejando ver su color escondido.
No me ves, no me escuchas, sólo atiendes tu lectura.
Recojo tu cabello, lo enredo, acaricio lentamente tu cuello para liberarlo y poder besarte entonces.
Mis manos tocan tus senos, se erizan y mi cuerpo tiembla...