Día 43. De la cotidianidad
Frente a la realidad de lo cotidiano, donde se pasa inadvertido tantas veces en busca del amor perdido y el intento de sobrevivir, se piensa (o se vive mecánicamente) en otro día más de trabajo para el mundo.
Quién sabe o acaso se preocupa en lo que siente cada uno a diario, en las constantes luchas por descubrir las causas de los dolores y sobre todo, en la forma de curarlos. ¿Saben los demás que duele algo acaso?
Un día comienza y se debe producir para todos. Cuándo detenerse a pensar en la anciana que pasa a un lado sin saber si regresar o no donde la tratan mal, en el despechado o el solitario que medita en la banca de un parque, en la mujer acosada por los hombres para ser tratada como objeto, en el niño que hoy no podrá comer más de lo que encuentre en la calle o en todo aquel que sonríe ocultando sus desgracias para hacerse la vida más ligera. Cuándo imaginar siquiera que el "gordo, negro y odioso" de tu jefe desquita en la oficina la autoridad que no puede ejercer en casa y que aquella persona que nadie recuerda (cuando se hace una lista de los compañeros para la "vaca" del regalo de cumpleaños de alguien, por ejemplo) es en realidad el ser más brillante e incomprendido, o peor aún el más perverso oculto entre la multitud...
Quién sabe o acaso se preocupa en lo que siente cada uno a diario, en las constantes luchas por descubrir las causas de los dolores y sobre todo, en la forma de curarlos. ¿Saben los demás que duele algo acaso?
Un día comienza y se debe producir para todos. Cuándo detenerse a pensar en la anciana que pasa a un lado sin saber si regresar o no donde la tratan mal, en el despechado o el solitario que medita en la banca de un parque, en la mujer acosada por los hombres para ser tratada como objeto, en el niño que hoy no podrá comer más de lo que encuentre en la calle o en todo aquel que sonríe ocultando sus desgracias para hacerse la vida más ligera. Cuándo imaginar siquiera que el "gordo, negro y odioso" de tu jefe desquita en la oficina la autoridad que no puede ejercer en casa y que aquella persona que nadie recuerda (cuando se hace una lista de los compañeros para la "vaca" del regalo de cumpleaños de alguien, por ejemplo) es en realidad el ser más brillante e incomprendido, o peor aún el más perverso oculto entre la multitud...
¿Cuándo es que volteamos al rededor y estamos dispuestos a perder segundos de nuestra vida en contemplar siquiera a aquellos con los que interactuamos?
5 comentarios:
A veces la mirada grita....e ingoramos....a veces las palabras lloran....e ignoramos....a veces las presencias se transparentan, porque es más fácil o cómodo que no esten ahí.....somos egoístas por naturaleza Sr. Dantés....sniff
Abrazo Silencioso!
=)
mmmmmmmmm, no lo sé, tal vez egoísmo, tal vez miedo a "mirar esa realidad" tal vez es que preferimos los duelos no tan intensos... tal vez es sólo que mirarmos demasiado hacia dentro, no lo sé!
Besos, feliz semana!
¿cuándo será el día que en lugar de girar, veamos hacia dentro?
ssssssssssss
asi es
a veces lo hago mas seguido de lo recomendado..
y enfermo
este mundo no es tan bello, lo se bien
Al parecer en esta vida tan tecnologica y evolucionada, en la que tenemos maquinas que hacen todo por nosotros, elhumano se las ha ingeniado para aun asi no tener tiempo para observarse a si mismo y a su entorno, para crecer y poder ser felices...te mando un abrazo
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