sábado, noviembre 11, 2006

Día 73. El mundo y su "humanidad"

Tengo miedo. La gente --en mayoría-- ha perdido su sensibilidad. Aquellas reminiscencias del origen de la sociedad se han perdido completamente: ya no convives con los demás para vivir mejor y entonces proteger lo que nos pertenece por igual, sino para chingártelos y existir mejor tú y sólo tú.
Hace algunos días, un maestro de música nos dijo que la cortesía o cordialidad en la calle permitía que el mundo se equilibrara. Imagínense que nadie en la calle se detuviera un segundo a ceder el paso al otro --decía-- el caos habría terminado ya con nosotros.
Me asusta ver y sentir imágenes crudas y tristes en el cine, aderezadas con carcajadas de los demás... No es reír de las desgracias --como tanto se nos achaca a los mexicanos, y latinos en general-- es reflejo de una pérdida del sentido común, de no querer mostrar más sus sentimientos porque quizá hace mucho que dejaron de saber cómo es llorar.
Me asusta ver la injusticia en la calle. Uno no tiene derecho a nada al salir, más que velar por sí mismo y poder regresar entonces lo más tranquilo posible, aunque sea ya imposible.
No soy fatalista pero, ¿hacia dónde vamos?
Qué bueno que existe el arte, qué bueno que haya todavía valientes que apuestan su vida por ayudar a sensibilizar al mundo.
Sólo dos no le han fallado a este país, dijo Alberto Dallal (investigador de danza en la UNAM) hace unos días en la presentación de su último libro, sus artistas y su Universidad.

10 comentarios:

Gade Herrera dijo...

Así es esto, más en una ciudad donde vivimos miles (o millones, creo yo) de personas.

Lo único que queda es no perder nuestra humanidad...

Saludos; por cierto, ya escuché tu canción del post pasado... por amor, por amor...

Cuidese...

mvphyfnl (lo sobía, estas letras se repiten)

Anónimo dijo...

Yo soy todo aquello que describiste en este post. Y creo no ser tan malo. Pero si soy bien cínico. Nos vemos.

Licorne Bleue dijo...

tienes razón dantés... y más hoy que me encuentro en un deplorable estado físico y emocional... me acaba por dentro un fuerte dolor de cabeza, ojalá no me haya cansado de ostentar un cuerno... pero tambien me puse triste al ver que nadie pasa ya por mi blog... bueno, es mi culpa, hacia meses que no escribía... cielos, mejor te saludo otro día que pueda pensar un poco mejor, mmmh... bueno, un abrazo fuerte! quisiera salir volando por mi ventana de la mano de un sueño...
te prometo contribuir siendo un poco más cordial o amable cada día... ;)

Jessica Sosa Echagaray dijo...

me estoy muriendo

Anónimo dijo...

Sucede-creo- que en un acto fatal de superviviencia -importo yo y que se jodan los demás- no hay paso para los parchos de alma, para sentir por los demás ya que, el ego se hace TAN fuerte como el sentido del tiempo. Así se pierde el miedo a los demás... y crece el propio, sí, you know... "me doy miedo".

Chinísima dijo...

Dice una canción de Ragazzi, escrita por un tal Fato (disculpa que no haga una referencia más culta, jajaja): "Triste verdad, me asusta la gente/Algo anda mal, ya nadie se sonríe/Y pocos se preocupan por salvar la armonía/Por eso yo me encierro..."

Creo que vivimos en un mundo cada vez más deshumanizado, sin embargo, resulta imprescindible mantener la fe... Siempre habrá una razón, un motivo por el cual creer.

Y sólo así, por la gente que reflexiona, por la que lucha todos los días, por la que tiene sueños y ve por los demás... sólo así es que vale la pena el mundo y vale la pena vivir.

Saludos y abarazos!!!

CardCaptor dijo...

Viejo p´payaso...



A ver cuando me llamas.

Libélula dijo...

Lamentablemente, hasta las miradas lastiman. Estamos tan acostumbrados a caminar sin mirar a nadie, que cuando lo hacemos la gente se ofende.

Ya no se repiten más las historias de los abuelos que se habían conocido en la calle mientras esperaban el autobús o caminaban por el parque... Estamos destinados a no cruzar miradas y caminar sin sonreír al que está a nuestro lado... Muy triste...

Don Gato dijo...

Vamos hacia el "valemadrismo" total...

Jacinto dijo...

ea yo pensé que nadie más en este mundo había leído a Dallal más que yo y sus alumnos y sus editores y así, chido él.

yo creo que vamos derecho hacia el principio de la humanidad, sin saltarnos el fin... sí