Día 104. Carta de fe

María:

Indudablemente, la fe no se ensaya, se vive. Yo creo que la fe es la vida misma, todos la vivimos, sólo que algunos la pensamos de manera distinta... o acaso la negamos, como negándonos a ver nuestra propia espiritualidad. Porque no creemos (o queremos) ser parte de un algo más allá de nuestro entendimiento, de nuestra racionalidad. Allí es donde la fe se vuelve un asunto de creencias...

Tus palabras me mueven, porque con ellas (al igual que las de los pocos pero constantes de mi círculo cercano) sé que al menos las mías no se van al espacio vacío y pueden llegar a invitar a descubrir otro universo personal que clama por la vida dentro del universo mismo.

"Una sola vida infinita que con nuevos ojos mira desde distintas ventanas"... ¡y dices que sólo contemplas! Perdona si me atrevo a juzgar, pero creo que guardas mucho más de lo que imaginas y quizá tu iglú es más bien una tienda de campaña que únicamente debe encontrar el cierre para abrirse.

Gracias por explorar esas rendijas mías y aventurarte a mirarlas de vez en vez. Eres bienvenid@ (pues seguro las almas son unisex) las veces que desees seguir entrando a esa selva de emociones, que incluso pudiera ser que vivan en un iglú mucho más profundo que el tuyo pero navegan con bandera de expresivas y libertarias. 

¿Podrías asegurar realmente que mis emociones viven siempre al descubierto? Quizá es sólo una necesidad de reafirmar a las más profundas...

Por palabras como las tuyas reitero mis votos por este bendito espacio virtual y por la red entera.

Quizá te "conozco", sólo tú lo sabes. Pero aún en el anonimato agradezco tu invitación a reflexionar.

Dantés