sábado, mayo 26, 2007

Día 85...

Y así, sin esperarlo llega todo de golpe. La inteligencia vital de los ciclos.
Hace un mes no había cambio, todo era cotidianidad y la costumbre de esos malditos demonios que se esconden y vuelven a salir cuando menos se les requiere.
De pronto, dos de tus mejores amigos se casan una semana tras otra. Como si hubiera sido planeado entre ellos.
Pareciera que todo va bien, pero no es fácil acostumbrarse o sentirse bien con tener que ceder tu boleto extra para algún familiar del novio (u otro amigo incluso) por no tener "pareja oficial".
Se siente raro además cuando lo que ganas en una quincena (tu primera quincena formal) se tiene que ir todo en rentar un smoking, comprar unos zapatitos decentes por aquello de la "etiqueta rigurosa" --pues los Converse viejos, deslavados y con hoyos nomás no pueden ayudar-- y en los regalos... Pero no duele, porque son ellos quienes te han acompañado mejor en este viaje, en esta vida y quizá en otras más. No duele, porque los conoces y sabes que ahora es su momento y son ellas las indicadas. Admiras incluso su valentía y crees nuevamente en el amor.
Luego, el trabajo, la papa, la chamba o en el mejor de los casos, lo que haces con gusto para sobrevivir. Repentinamente, eso que piensas hacer para toda tu vida llega con una llamada de quien menos te imaginas. Y entonces haces planes, te ocupas en lo que has ido dejando, aunque sólo tengas seguros dos meses de sueldo por trabajar en proyectos y ser "profesionista independiente", como te haces llamar cuando te preguntan por tu ocupación para que no suene tan feo. Las herencias de las malas políticas en tu país.
Y así vas por la vida... lleno de deseos, sin saber algunas veces a ciencia cierta lo que pasará. Pues sí, tú decides, pero no siempre.

viernes, mayo 11, 2007

Día 84. Endlessly

Muse




There's a part of me you'll never know
the only thing I'll never show

Hopelessly, I'll love you endlessly
Hopelessly, I'll give you everything
but I won't give you up
I won't let you down
and I won't leave you falling
If the moment ever comes

It's plain to see it's trying to speak
cherished dreams forever asleep
Hopelessly, I'll love you endlessly
Hopelessly, I'll give you everything
but I won't give you up
I won't let you down
and I won't leave you falling
if the moment ever comes

Hopelessly, I'll love you endlessly
Hopelessly, I'll give you everything
but I won't give you up
I won't let you down
and I won't leave you falling
but the moment never comes

lunes, mayo 07, 2007

Día 83. De cuando los mexicanos hicimos catarsis colectiva con Tunick (II)




Foto: Claudia Guadarrama. Milenio.

¿Reconoce usted a alguien? Porque mi "jefecita santa" ya lo hizo. Lo bueno que me tapa el de enfrente (sin albur, aclaro, porque aquel día quienes traducían olvidaron el característico doble sentido en las palabras de estas tierras y frases como "siéntense porque necesitamos ver cuántos hoyos hay" arrancaban tremendas carcajadas de la multitud).
Para mi fortuna, dos cosas que no podía morir sin hacer salieron solas: desnudarme en público y salir en la portada de algún diario.

domingo, mayo 06, 2007

Día 83. De cuando los mexicanos hicimos catarsis colectiva con Tunick

Tan pronto terminó Spencer Tunick de decir "Naked!", los 20 mil que calculan (y no exageran) asistimos a la convocatoria, estábamos más que listos y sin trapos encima.
Aunque dudábamos, teníamos resabios de un pudor impuesto culturalmente y nuestras inseguridades y prejuicios pesaban todavía un poco, ha sido quizá la ocasión más rápida de nuestras vidas en que nos hemos despojado de nuestras ropas. Porque quizá ya lo necesitábamos, queríamos hacerlo y todos, TODOS, estábamos en comunión: observando el cuerpo como obra de arte, como igualdad y diferencia sin ser excluyente...
TODOS nos veíamos y nos sentíamos bien; alegres, gritando, sintiendo, jugando, imaginando. Los ojos se detenían más en las miradas de los otros que en sus cuerpos. ¡Y vaya que había cuerpos bellos! Pero más que eso éramos uno solo, una masa desnuda pero pensante, sintonizada en espacio y tiempo.
Hay mucho que pensar, contar, analizar y criticar. Por fortuna sólo queda un buen sabor de boca. Permanece un gusto que hincha el corazón de orgullo y un alivio en el alma que permite observar a la otredad de maneras distintas, a la belleza con otros ojos y al hecho como algo de lo que jamás habremos de arrepentirnos quienes allí compartimos momentos especiales de nuestras particulares historias de vida...