martes, julio 25, 2006

Día 67. Cambiando el destino

Cuando era niño me enseñaron que en mi camino siempre enfrentaría obstáculos y que debía aprender a sortearlos de la mejor manera; que cuando uno cae siempre debe levantarse con fuerzas para seguir adelante; que "una piedra en el camino" enseña nuestro destino y no debemos tropezar con la misma piedra dos veces, incluso Leonardo de Fobia dice que si tropezamos no nos dolerá pues no somos cuerpos, mentes nada más.
El punto es que siempre supe que una caída tendría repercusiones pues ayudaba a cambiar el destino. Aunque no creí que alguna vez lo tomaría tan literal y forzaría a cambiar la lectura de mi futuro...
La anécdota es graciosa verdaderamente pero sucede que es como contar chistes locales, a los demás no les causa gracia porque no estuvieron allí para ver que uno puede caer de maneras estúpidas verdaderamente pero muy hilarantes: corría y corría con mis super Converse faltos de tracción en terrenos cubiertos por piedras (léase Calzada de los Muertos en Teotihuacan) y caí cual festejo de gol, rodillas al piso, con manos incluidas, y dejando tras de mí una estela de polvo y un camino bien trazado en el suelo, dejando claro que allí estuve yo, sí señor.
Lo mejor vendría más tarde, en la enfermería del lugar. Donde conocí a una agradable enfermera, oriunda del pueblo cercano, quien, mientras contaba historias de gente que había rodado por las pirámides y se había deshecho el cráneo, limpiaba amorosamente mi herida con agua oxigenada, arrancando pellejitos estorbosos y tallándola, haciendo de la sangre una fuente de placer... ah, su delicadeza era admirable, tanto que hubo un momento en que no supe de mí y desperté sin fuerzas. Vi que muy amablemente me levantaban de los brazos que colgaban y me daban de beber una Coca Cola. ¡Qué bella sensación!, despertar y beber "la chispa de la vida"...
Ya después la buena mujer nos ofreció recuerdos del lugar, quesque porque ayudaba a una viejita a vender sus artesanías. Eran cuarzos, pa' la buena suerte. ¿Quién necesita buena suerte?
Ahora heme aquí con las líneas de la vida en la mano mutando. Reflejo de mi vida en estas últimas fechas: una verdadera etapa de recogimiento (y no precisamente en ese doble sentido de la palabra, por desgracia), de mirar para mis adentros y lidiar con esos demonios que rara vez queremos liberar por miedo o por negación de que existen.
Las caídas venían incluidas pero por fortuna, sólo son para frenarse, reír y tomar vuelo...

5 comentarios:

Srta. Maquiavélica dijo...

Wow navegando por la red vì tu blog y me gusto, respecto a lo que comentas estoy de acuerdo de q en la vida debemos saber levantarnos¡¡¡ ademàs es mentira eso de la suerte¡¡ cuando pasan las cosas es porq tenian q pasar quizas para q maduremos màs y si nunca en la vida hemos caido desconocemos lo q es vivir¡¡

Anónimo dijo...

jajajajaja....pues es muy feo reirse de la desgracia ajena???
pero se me hizo tan chistosa tu aventura!!!! :p
pero bueno, creo que lo sucedido es un reflejo gráfico-enigmático (jeje) que dice muuuuuuucho, tanto de lo que estás viviendo....como de las enseñanzas de la vida...y no me refiero a eso de no tropezar 2 veces con la misma piedra...sino a lo de querer correr y no estar preparado aún para ello...
ayyyy, no digo yo que todo sucede por algo :p
cuida esas manos ;o)
Bsos

Jessica Sosa Echagaray dijo...

ajajajajajajajaj, yo tengo una mejor
cuando mi perro guero me tiro al estilo de los canes que tiran gente en "ay caramba", estuvo taaaaaaaaaaaaaaaaan cagado!!!!!
de plano era para que alguien me hubiera visto, era una risa digna de compartirse
pobre carlitos, psss ora na mas tendra que usar la otra mano para esos menesteres que esta imaginando
recuperese pronto!

Cecilia Guadarrama dijo...

No, Jess... Carlitos también se jodió la otra mano. En Pachuca como a principios de año...
jajajajajajajajajajajaja.... ay, amiguito. No cabe duda que tú y los vidrios y las piedritas se llevan a toda madre.
Besotesssssssss

Anónimo dijo...

Weeebbbsss!!!! quieto en home!!! jeje

saludos...