domingo, noviembre 23, 2008

Día 121. Predestinados

"Somos un sueño imposible que busca la noche para olvidarse en sus sombras del mundo y de todo (...) dos hojas que el viento juntó en el otoño". Chavela Vargas, Somos.

Para J

Con ese halo de energía espiritual te llamo, te invoco en este preciso momento. 
La emoción, de cuando apareciste en mi vida, me impulsa a encontrar tus ojos directamente cada vez que empujas la materia en el mismo espacio. 
Apenas te siento, volteo a buscarte.
Imagina entonces que esta primera vez en que recién se cruzaron las ventanas de nuestras almas, en la eternidad de esos milisegundos donde nuestras psiques fueron penetradas por la mirada sostenida del deseo de hacerse presente en la vida del otro y gritar desde los adentros: "soy yo, eres tú, Somos", sin creerlo del todo nos reconocimos.
Por fin me miras, te hablo desde dentro. Sonrío, sonríes. Tus cejas se mueven a la par de los ojos, debajo de la bufanda que cubre tu boca. Algo hay en ti, algo hay aquí.
Pero sigues tu camino... y por ello te llamo. Porque eres tú, porque soy yo. Porque somos quienes se buscaban y ése, nuestro propio Dios, nos ha puesto en el camino.
Porque seremos la envidia de cualquier escritor en pos de la historia perfecta de amor que, aún cuando no exista, bien podríamos asumirla como nuestra .