Día 101. El fin del círculo
Tomen un círculo, acarícienlo, y se hará un círculo vicioso.
Eugene Ionesco
"El jurado ha decidido aprobarlo con mención honorífica. Licenciado... protesta usted...". Y las cadenas se rompieron, la materia se expandió.
La lluvia de percusiones, como aquella donde el duende flamenco se hace presente, se dejó venir. Los ojos comenzaron a inundarse, a ahogarse. El alma parecía salir volando de aquel cuerpo, danzando con las percusiones.
Luego, el contacto. El llanto incontenible con el abrazo olvidado del hermano mayor que se siente orgulloso y de la madre que agradece.
Las otras almas queridas detrás, en un momento de eternidad, como fieles escuderos, como debe ser cuando el cuerpo muere, cuando las almas te esperan, cuando las almas hablan entre sí... cuando las descubres como ramas de tu árbol.
Al final, el último en salir. Un momento de reflexión. Mientras alguien querido espera en la puerta y observa.
El suspiro, el recuerdo. Casi cinco años pasando enfrente.
Ondea la mano, apaga las luces, observa a quien lo espera y los dos sonríen, cómplices.
Entonces, cierra la puerta...