"Aquí es cuando la puerca torció el rabo", diría mi abuelita. Es cuando te das cuenta de la verdadera situación, y no de esa utopía escolar donde analizas al mundo desde un pupitre y crees que todo lo podrás resolver con eso que "sabes"...
La realidad es cabrona y rezongona. De nada valen promedios o primeros lugares en olimpiadas del conocimiento ni concursos de matemáticas u ortografía ganados; son prácticamente un desperdicio de papel todos aquellos diplomas "al mérito académico", al "aprovechamiento", "al promedio de 10", a la egolatría...
A nadie le importa que sepas algo, ni siquiera lo preguntan, sólo quieren pruebas de haber aguantado a un jefe más de un año o por lo menos tres.
Como siempre, los de adentro ya no soportan. Y, los de afuera, ansiamos soportar lo malo para recibir una miseria a cambio: pégame pero págame, maltrátame pero no me dejes desempleado...
AAA Profesionista desempleado busca oportunidad para demostrar que aun sin experiencia demostrable no es un pendejo AAA